Crónica de la sesión “Poscapitalismo. Guía para el futuro presente”

Crónica de la sesión “Poscapitalismo. Guía para el futuro presente”

Por Bernardo Gutiérrez

Crónica de la sesión “Postcapitalismo. Guía para el futuro presente” de Paul Maron, dentro del ciclo Seis contradicciones y el fin del presente, del Centro de Estudios del Museo Reina Sofía. La sesión consistió en una conferencia (27 de noviembre), el Seminario de investigación “De la resistencia a una política postcapitalista y el 28 de noviembre“y la proyección del documental Why it’s kicking off everywhere.

Introducción

En el principio no fue el verbo. Ni el sustantivo. Ni el adjetivo. No existía palabra para definir al capitalismo. El periodista británico Paul Mason arrancó su conferencia invitando al público a imaginar “un viaje a la Amsterdam de hace 400 años”, donde comenzaron los primeros flujos del capital financiero:

“Amsterdam es una república, tiene un banco central y es raro. Tiene un mercado de divisas, una bolsa y su institución más importante es algo realmente nuevo: la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, una sociedad limitada que comercia en todo el mundo. ¿Qué palabra lo describe? ¿Mercado? ¿Esclavos? El embajador inglés escribió un informe en la época, en el que decía que no había una palabra para describir lo que pasaba, como había hecho en el pasado el vocablo feudalismo. Hay algo muy raro”, afirmó Paul Mason.

En la actualidad, cuando parece que el capitalismo llega a su fin, nos sucede lo mismo, no tenemos palabras para definir lo que está por venir. Por eso Mason habla de postcapitalismo, porque según él mismo reconoce “no sé la dinámica completa del nuevo sistema, pero estoy convencido de que vivimos un cambio importante”.

¿Que visiones, prácticas, narrativas o propuestas concretas surgieron de la sesión? ¿El paso de Paul Mason por Madrid ayudó a dilucidar las dinámicas completas del nuevo sistema? Aunque no exista palabra para describir lo nuevo, lo que ya no es capitalismo, lo que pudiera llegar a sustituirlo, Mason describió en su charla hacia donde ha migrado el capitalismo. En primer lugar, hacia un infocapitalismo en el que los costes de producción descendentes tienen un precio de monopolio. “La automatización no reduce horas de trabajo sino que crea millones de trabajos que no deberían existir. Los trabajos de mierda. Porque tenemos que mantener a la gente dentro del sistema inmobiliario, de consumo, de nubes de datos”, aseveró Mason. ¿Quién es responsable de que el capitalismo haya migrado hacia un infocapitalismo con monopolio de precios, trabajo precario y una asimetría gigante? Mason acusó al capital financiero, que a través de un nuevo tipo agente que denomina “rent seekers” (buscadores o extractores de renta), metaforiados por AirBNB y UBER, imponen situaciones de monopolio y generan precaridad. “UBER existe para destruir cualquier compañía de taxis”, matizó.

La Abundancia

Paul Mason contrapuso el concepto de “abundancia” (postcapitalista) al de escasez (capitalista), algo central en su libro Postcapitalismo (Paidós, Barcelona, 2016). “Hace dieciocho años costaba cien millones de dólares procesar un genoma de ADN y ahora mil dólares. Las tecnologías exponenciales nunca paran. Si esto es cierto, estamos en una situación sin precedentes porque quiere decir que esto va a crear abundancia”, afirmó Paul Mason. La abundacia es la consecuencia de un mundo en el que el coste marginal de producir una unidad adicional es casi nulo. Cuando se cruza esa línea, en palabras de Jeremy Rifkin, “los bienes y servicios son casi gratuitos, los beneficios se evaporan, el intercambio de propiedad en los mercados cesa y el sistema capitalista muere”. Jeremy Rifkin lo llama sociedad de coste marginal cero. Y en la era de internet y de la automatización, el coste marginal cero es el patrón de la mayoría de bienes y servicios, ya sea un libro digital o un tornillo. La escasez es sustituida por la abundancia. Y el dogma de a más productividad, más empleo se acaba. “Vamos a crear abundancia. Quiero que la gente copie mi libro”, aseguró Mason en medio de su charla.

El periodista británico atacó de frente la mismísima concepción de trabajo: “Todos los partidos laboristas, sindicatos y viejos marxistas tienen una utopía basada en el trabajo. En la nueva transición postcapitalista se tiene que apostar por crear un tiempo de ocio. Hay que desvincular el trabajo y los salarios, y aprobar una reducción de la jornada de trabajo semanal”. El paradigma postcapitalista podría tener en la renta básica universal una de sus piedras de toque: “Si todo el transporte fuera gratis, el cuidado de los mayores, la educación, si todo el mundo tuviera derecho a un alquiler controlado, se podría sobrevivir en un ambiente de poco trabajo”.

Las soluciones

Paul Mason concluyó su conferencia visualizando un 2075 optimista: una sociedad “con poco trabajo, alta automatización y alto bienestar”. ¿Cómo se llegará a ese punto? En su libro Postcapitalismo, Mason sugiere atacar el problema combinando procesos bottom up y acciones institucionales top down. Tan vitales son las experiencias desde abajo, como la Xarxa d’Economia Solidària de Catalunya o el Mercado Social de Madrid, como las medidas institucionales para otro tipo de economía. Tan importante es el kit básico de MeCambio.net, que permite vivir casi al completo en la economía social, como orientar marcos jurídicos y recursos públicos al bien común. La salida al capitalismo no llegará solo desde abajo. El arriba y los mecanismos gubernamentales son imprescindibles. Paul Mason, en Postcapitalismo, concibe un nuevo Estado basado en una economía con estructuras capitalistas y poscapitalistas al mismo tiempo. A dicho Estado le seguiría correspondiendo coordinar y planificar las infraestructuras, desde la vivienda social a los carriles bici. Pero con una forma y una lógica muy diferentes: “El Estado tiene que actuar como Wikipedia: incubando y nutriendo las nuevas formas económicas hasta que puedan emprender el vuelo y funcionar de forma orgánica. Más Wikipedias, más Linux, más medicamentos genéricos y ciencia pública y un freno legislativo a los infomonopolios”.

Mason sugiere la creación de oficinas estatales de actividades no mercantiles, una especie de vivero de prácticas de intercambio de bienes y servicios. Incluso apostaría por un Ministerio del No Mercado, como recalcó en el seminario de investigación del pasado 28 de noviembre, al que asistió una treintena de personas. El sistema económico del poscapitalismo propugnado por Paul Mason aboga por una profundísima reforma financiera. El primer paso: nacionalizar el banco central de cada país. Segundo: reestructurar el sistema bancario hacia una mezcla de entidades de servicio público, bancos locales y regionales sin ánimos de lucro, cooperativas de crédito y prestadores peer-to-peer, y un proveedor integral (público) de servicios financieros.

Esbozo de transición

Del seminario de investigación – organizado alrededor de las mesas Clima, Cotidianidad y Trabajo, Demografía, Tecnología, Mercado y Servicios Públicos – surgieron ideas, imaginarios y reflexiones para afrontar una transición postcapitalista a cincuenta años vista. A continuación, un breve resumen del seminario que se apoya en las notas tomadas por Carmen Haro, una de las coordinadoras del Grupo de Estudios Críticos (GEC). El grupo que pensó el futuro postcapitalista de la tecnología esbozó un sistema que pivota alrededor del software libre: “software libre y hardware libre con apoyo público, un marco low tech, soberanía tecnológica, código libre de transmisión para televisiones, soberanía de datos para la ciudadanía, licencias copyleft, criptomonedas públicas de código abierto y algoritmos transparentes, incluso los de la inteligencia artificial”. En la mesa de Cotidianidad y trabajo se debatió sobre cómo desligar el trabajo del salario con un mecanismo de renta básica: “Hay profesionales con capital social mucho más alto. ¿Cómo redistribuimos eso? Cómo redistribuimos las profesiones no deseadas como limpieza o recogida de residuos. El trabajo también está relacionado con educación y vivienda. ¿Cómo hacer esa transición de un mundo con trabajo no remunerado al no mercado? ¿Con conflicto o transición favorable?”.

La mesa dedicada a la Demografía destacó la incapacidad de imaginar como principal obstáculo: “La primera palabra es la familia y está relacionada con los cuidados. Segunda, acumulación. Cuando uno no necesita acumular, no necesita estar establecido. Seremos nómadas”. La mesa de Servicios Públicos consideró la educación como una de las piedras de toque de la transición: “Se necesita un responsable que cree convergencia. Consideramos una triada de educación, tecnología (I+D+i) y universidades. Es clave el empoderamiento: hay que desarrollar capacidades alrededor del conocimiento. El mayor problema de los servicios públicos son los recursos financieros. Las grandes multinacionales deberían ser consideradas proveedoras de financiación”.

La mesa de Mercado hizo girar el debate alrededor de la idea de Paul Mason de crear un Ministerio del No Mercado. Una de las preguntas que surgió fue sobre la reubicación del trabajo de los cuidados de las mujeres: ¿lo metemos en el mercado, en el Estado, lo dejamos em el no mercado? A su vez, se consideró como objetivo que “los habitantes vivan la ciudad como habitable, humana”. Y las tres A: Autosuficiencia, Autogestión y recuperación de la Agricultura. En la mesa de Clima el debate se deslizó entre el sueño y el conflicto: “El sueño de la automatización trae conflictos. Provoca una crisis ecológica y de recursos. Pero se puede pensar en otro modelo tecnológico.

El debate final, intermesa, transglobal, lanzó provocaciones y preguntas. ¿Cómo conectar lo micro y lo macro? ¿Qué fórmulas buscar para conectar las diferentes escalas? ¿Cómo hacer para que cristalicen las iniciativas? Desde la mesa de Mercado se sugirió esa estrategia para propiciar el salto y la conexión de diferentes escalas: “No necesitamos una escala horizontal y vertical, sino interescalabilidad de los procesos, como una espuma. Tenemos que comprender el marco del problema, porque es un problema de escala”.